Clementina Suárez (Juticalpa, Honduras, 12 de mayo de 1902 - Tegucigalpa, Honduras, 7 de diciembre de 1991) fue una poeta hondureña.
Nació en una rica familia de hacendados. A los veintiún años, después de la muerte de su padre, se decidió por vivir sola y mantenerse por sí misma, trabajando en una tienda.
Se dedicó a viajar por diferentes países y vivir al margen de las convenciones sociales. A la vez que se dedicaba a la poesía, se transformó en una promotora de arte, en especial de la pintura.
Ocupó cargos públicos y, sin actuar en la militancia política, tuvo fuertes preocupaciones por los hechos sociales, lo que se refleja en sus poesías.
Murió asesinada en su casa. El crimen quedó impune.
Entre sus obras se encuentran: Los templos de fuego, Engranajes, Veleros, Creciendo con la hierba y Antología poética.