
Dashiell Hammett fue un escritor estadounidense. Puede decirse que la novela negra comenzó a existir a partir de él.
Después de hacer estudios secundarios, entró a trabajar en la famosa agencia de detectives Pickerton, experiencia que aprovecharía para escribir sus novelas.
Estuvo en la Primera Guerra Mundial, luchó en Francia, se enfermó de tuberculosis y conoció a la que sería su primera esposa. Con el tiempo, la tuberculosis, unida al alcoholismo, lo hizo vivir con una salud siempre en jaque.
Trabajó en publicidad y comenzó a escribir para poder mantener a su esposa y sus dos hijas. El matrimonio terminó separado y la razón más importante fue su alcoholismo, aunque la tuberculosis incidió. Le recomendaron que viviera el menor tiempo posible con su familia porque corría el riesgo de contagiarla.
El tipo procedió como pudo. Veía a su mujer e hijas los fines de semana. Así estuvo un tiempo hasta que su mujer se cansó y tomó para un lado y él, para otro. De todas maneras, se portó bien. Nunca dejó de darle dinero a sus hijas.
Dashiell creó personajes que se hicieron típicos de las novelas policiales: la mujer fatal, la rubia, la pelirroja, los detectives antihéroes.
Sam Spade fue el más famoso de sus personajes y, aunque inferiores en popularidad y en novelas en las que actúa, el matrimonio de Nick y Nora Charles, pareja que, según dicen, se basan en él mismo y en su pareja de años, la escritora de teatro Lillian Hellman.
Hammett escribe directo, claro, no le interesa analizar cómo y quién pudo cometer el crimen, como en las novelas inglesas, lo suyo es lo real, la violencia y la corrupción. Raymond Chandler es uno de sus principales deudores.
Cuando se produjo la Segunda Guerra Mundial, a pesar de su mala salud, insistió hasta que lo incorporaron al ejército. Lo mandaron a las islas Aleutianas a dirigir un periódico.
Al volver a Estados Unidos, se afilió al Partido Comunista. Con la cacería de brujas comendada por el corrupto e idiota senador McCarthy, se negó a declarar frente a la comisión anticomunista. Lo mandaron preso durante seis, pero se la bancó y no delató a nadie (como sí lo hicieron otros famosos, el director Elia Kazan fue uno de los más miserables en este sentido).
Lo mejor de lo que escribió son las novelas El halcón maltés, Cosecha roja, La maldición Dain y El hombre delgado.
Nació en Estados Unidos, en 1894, y murió en 1966.