
Dulce María Loynaz fue una poeta, novelista y ensayista cubana.
Era hija del general Enrique Loynaz del Castillo, uno de los héroes de la guerra por la independencia cubana.
Se recibió de abogada, viajó por varios países europeos, africanos y latinoamericanos. Escribió crónicas para periódicos y le quedó tiempo para casarse, separarse; volver a casarse y enviudar.
Cuando se produjo la revolución castrista, se aisló en su casa, manteniendo una actitud apolítica.
En la Cuba revolucionaria el apoliticismo era mal visto, por esta razón se la ignoró casi por completo. Al punto de que casi nadie sabía en qué lugar de la isla vivía. Ni a ella le preocupó que lo supieran.
A pesar de tener ofertas de España y Estados Unidos para radicarse en esos países, se negó alegando que ella era cubana y moriría en Cuba.
Dulce está considerada la principal escritora cubana y una de las más trascendentes de América Latina, lo que le valió ser la primera mujer latinoamericana en ganar el Premio Cervantes, en 1992.
Sus libros más destacados son los poemas de Versos, Poemas sin nombre, Últimos días de una casa, Poemas náufragos, Bestiarium, Finas redes y La novia de Lázaro; la novela Jardín y los ensayos Canto a la mujer y Fe de vida.
Algunas de sus obras se publicaron en forma póstuma.
Nació en Cuba, en 1902 y murió en 1997.