Ezra Pound fue un poeta estadounidense.
De este tipo hay que separar su vida y su arte. En todos los géneros artísticos ha habido basuras que tenían talento para el arte, pero que eran una porquería de personas.
Ezra Pound pertenece al género basura con talento para el arte.
Lo digo así: el tipo era un traidor a su país. Recalcitrante fascista y antijudío, se ubicó en Italia para acercarse a Mussolini y hacer propaganda radial contra los soldados estadounidenses que luchaban en la segunda guerra mundial. Lo que, sobre todo, hacía era arengar incitando a sus compatriotas estadounidenses a pasarse de bando o rendirse.
Al terminar la guerra, los partisanos lo detuvieron y se lo entregaron a los estadounidenses. Lo iban a juzgar como traidor, pero lo salvaron otros escritores que testimoniaron a su favor diciendo que era un pobre hombre dominado por la demencia. Los jueces lo creyeron y lo condenaron a doce años en un hospital psiquiátrico.
Incluso, en 1948, le dieron el premio Bollinger de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por su libro Cantos pisanos. Años después, en una conferencia, los estadounidenses lo ovacionaron de pie apenas entró. Como bien lo dice [[Juan Carlos Boveri]] en uno de sus artículos: "A los artistas se les disculpa lo que es imperdonable en la gente común".
Como era una porquería de ser humano en todos los campos, a su mujer le metió los cuernos con una bailarina francesa con la que tuvo una hija. La relación con la francesa duró años y la cornuda de la mujer lo aceptó porque era una de esas que aceptan todo para poder decir: "Seré infeliz, pero tengo marido". Años después, él la abandonó.
Pintado el retrato y sin entrar en muchos detalles, paso a lo que escribió. Como poeta, el tipo era muy bueno. Como ensayista, tiene sus cosas aceptables. Lo fundamental en su obra literaria son los poemas.
Escribió como modernista, usó un estilo personal, tuvo influencias diversas y en sus poemas fue capaz de incluir ideogramas chinos o términos en griego. Pudo desarrollar poemas de tipo tradicional o experimentar más allá de lo habitual de los que experimentan en poesía. Por estas y otras razones más es que escribo sobre él. De lo contrario, no me molestaría ni en escribir su nombre.