Henry Miller fue un escritor estadounidense. Henry entra en la categoría de los escritores en los que no se llega a saber si es mejor hablar de su obra o de su vida. El tipo vivió con ganas y esas ganas se reflejan en sus obras, llenas de vitalidad, de fuerte contenido erótico (para la época), con bastante de filosofía de vida y mucho de autobiográfico.
Trabajó un tiempo en empleos de diferente clase, no sé si para ganarse la vida (supongo que sí) o para echar un vistazo que le sirviera de experiencia para sus novelas. Creo que fue un poco de cada cosa. La cuestión es que escribió algunas páginas memorables y, a la vez, anduvo en interesantes amoríos. Sobre todo con la escritora Anaïs Nin, que tenía conexiones que le fueron útiles para publicar Trópico de Cáncer, en los primeros años de 1930 y que fue censura por obscena. Lo que es muy bueno para cualquier escritor porque ser censurada le augura cientos de miles de lectores futuros que querrán leer lo que fue prohibido.
Henry, en sus novelas, describe aspectos de su vida bohemia y usa a los personajes y las situaciones para analizar y criticar a la sociedad con un lenguaje que cualquiera entiende. Miller es de los escritores "duros", de los que escriben (en esos tiempos) "a lo macho". La mujer es vista como una parte imprescindible en la vida de un hombre: para usarla sexualmente o para que lo mantenga cuando se queda sin empleo. La mujer idealizada no existe en sus obras, como tampoco en las de William Faulkner o en las de Raymond Chandler.
No es reprocharle nada, Miller o los demás son producto de conceptos culturales que, con el tiempo, comenzaron a ser mal vistos.
Fuera de lo que algunas feministas alegan, ridículamente, en su contra, Miller fue un maestro de la literatura. Es un escritor de la cabeza a los pies.
A eso de los cincuenta y pico, le agarró un bloqueo o, como lo predijo en una de sus novelas, ganó el suficiente dinero para no tener que sufrir la angustia que le provocaba escribir y dejar la literatura. La cuestión es que dejó de escribir.
También había escrito que quería llegar a los ochenta años y fotografiarse desnudo con dos muchachas desnudas y veinteañeras. El hombre cumplió: se sacó la foto, tal como quería treinta años antes.
Sus mejores novelas, además de Trópico de Cáncer, son Trópico de Capricornio,Sexus, Plexus y 'Nexus.