
James M. Cain fue un escritor estadounidense. Junto a Raymond Chandler y Dashiell Hammett es uno de los tres mayores escritores dentro de la novela negra.
Después de pelear en la Primera Guerra Mundial, se dedicó a trabajar como periodista, resignado a ser lo que soñaba: cantante lírico.
Un día se fue a Hollywood, empleado como guionista. Estuvo como quince años y apenas usaron tres de sus guiones. Tenía cuarenta y dos años cuando, haciendo caso a unos consejos que le dieron para que se dedicara a la literatura, publicó El cartero siempre llama dos veces. Fue un gran éxito. La novela es muy buena y llegó al cine en dos oportunidades.
Mientras se ponía a escribir usando todo el tiempo disponible, se casó y se divorció tres veces. El casamiento no era para él. La literatura, sí.
En la mayoría de las novelas de Cain hay una mujer fatal y que resulta fatal para el hombre que se enamora de ella. El personaje masculino termina perdido, complicado en un crimen al que la mujer lo arrastra.
Pacto de sangre y Doble identidad son otras dos de sus mejores novelas. El cine se encargó de llevar a millones de espectadores muchas de sus obras y, en general, respetando bastante el argumento original.