John Ashbery, que nació en el estado de Nueva York, el 28 de julio de 1927 y murió en el estado de Nueva York, el 3 de septiembre de 2017, fue un poeta estadounidense.
Se crió en una granja, estudió literatura en la universidad de Harvard, fue editor de la edición europea del Herald Tribune y ejerció como docente universitario.
Escribiendo un poema de amor a un compañero de estudio, se dio cuenta de que era homosexual. Una poética forma de enterarse de la condición sexual.
La poesía de Ashbery se desarrolla a través de un lenguaje muy amplio en el que se mezcla lo coloquial cotidiano y el cinematográfico. Como fondo de sus poemas está lo urbano, fuente principal de inspiración.
Para los que leen sus poemas les queda dos posiciones: o lo consideran genial o les parece inentendible.
Genio no fue ni de lejos e inentendible, tampoco. Fue un buen poeta, adaptado al esnobismo literario imperante en la segunda mitad del siglo veinte.
Sus poemas se inscriben dentro de las propuestas de la llamada Escuela de Nueva York que, en poesía, sigue la concepción pictórica del expresionismo abstracto.
En síntesis, una mescolanza formada por palabras y formas poéticas que se consideran novedosas y que ya fueron usadas por generaciones de poetas anteriores.
En síntesis, una mezcla de surrealismo y modernismo tardío. Así escribe Ashbery.
Ganó el Premio Pulitzer de Poesía de 1976 por su libro Autorretrato en un espejo convexo (Self-portrait in a convex mirror).
Entre otros libros que escribió están: Ríos y montañas; Tres poemas, Como sabemos; Una ola; Susurros chinos y Como los paraguas siguen a la lluvia.
