
José Santos Chocano fue un poeta peruano.
Durante años estuvo entre los más importantes poetas latinoamericanas. Quizás, lo siga siendo, pero en una importancia muy reducida por el paso del tiempo que envejeció su obra y por la presencia superior del peruano César Vallejo, que lo sacó del liderazgo poético que mantenía en Perú.
Sus poemas están tratados en dos tonos: el épico, con frases grandilocuentes y el lírico, que encuadra dentro del modernismo. Esos poemas tienen como temas principales a la gente y los lugares de su país.
Estuvo algún tiempo estudiando Letras en la universidad, pero no le dio para seguir y se dedicó al periodismo. Más adelante, ingresó en la diplomacia. Lo echaron por ser parte de una estafa.
En su periplo por distintos países como diplomático, fue secretario de Pancho Villa y, en Guatemala, colaboró con el dictador Estrada Cabrera. Cuando el dictador fue derrocado, Chocano se salvó por un pelo de morir fusilado.
También fue asesino. Mató de un tiro al escritor peruano Edwin Elmore porque opinaban distinto en una discusión. Lo dejaron libre en dos años porque, en todas partes, los delincuentes acomodados con los gobiernos nunca pagan sus culpan.
Se fue a Chile y, medio muerto de hambre, se le ocurrió decir que era un buscador de tesoros. Un supuesto loco, estafado por Chocano, lo mató de un tiro arriba de un tranvía.
Una vida inquieta. Y una contradicción entre un poeta y un sinvergüenza puestos dentro de la misma persona. Una especie de Hyde y Jekyll, más o menos eso, fue Chocano.
Entre sus libros de poesía están: Azahares, Selva virgen y En la aldea.
Escribió, también, un par de mediocres obras de teatro.
Nació en Perú, en 1875 y murió en 1934.