Juan Rulfo, que nació en Apulco, el 16 de mayo de 1917 y murió en Ciudad de México, el 7 de enero de 1986, fue un escritor mexicano.
El de Rulfo es un caso raro. Escribió Pedro Paramo, una obra maestra de la literatura latinoamericana y nada más que tenga real valor. "El gallo de oro", un cuento mediocre que algunos críticos quieren hacer pasar por novela, y El llano en llano, unos relatos tan mediocres como el gallo.
Algunos escritores que hablaron con él dijeron que nunca habían conocido a un escritor que no supiera explicar lo que escribió. Otros, sostienen que las historias le fueron narradas por un pariente viejo que se murió y Rulfo no supo qué más contar. Chismeríos. Lo cierto es que Rulfo escribió esta novela breve a la que tituló Pedro Páramo y hasta ahí le llegó el talento.
La novela tiene el estilo de William Faulkner y una historia central que reitera, a la mexicana, la de Gatsby y Daisy, en El gran Gatsby: un tipo que levanta un imperio para conquistar el amor de una mujer. Y no lo consigue. En Pedro Páramo, como en una antigua balada inglesa, la historia es contada por los muertos.
La novela transcurre en medio de la revolución mexicana (como debía hacerlo en el siglo veinte cualquier escritor mexicano que se preciara de serlo) y mezcla historias usando la manera narrativa de la novela estructurada con múltiples narradores y los saltos en el tiempo creados por Faulkner (al que. de paso, le copia Comala, futuro Macondo, del condado de Yoknapatawpha).
Rulfo tenía un abuelo materno que fue asesinado y en su vida se dedicó a recorrer lugares a los que lo mandaban por ser empleado del gobierno. Fue alcohólico, se curó y, según dijo, al dejar la bebida vio el mundo de otra manera. Se supone que de ahí viene lo que Juan Preciado dice en la primera página, cuando se acerca a Comala: El camino subía y bajaba: sube o baja según se va o viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja.
Como haya sido que le salió, la cuestión es que Rulfo escribió una obra maestra y no gastó palabras de más relatando esa mezcla de realidad y fantasía.