Juana Pavón, que nació como Margarita Velásquez, fue una poeta hondureña.
Su madre murió en el parto. Su padre era alcohólico y murió al poco tiempo del nacimiento. Fue adoptada y le fue puesto el nombre de Janette Mata.
Vivió un tiempo con la familia adoptiva, que terminó abandonándola al irse del país.
Vivió en orfelinatos, donde recibió continuos castigos por su mal comportamiento. Suele llamarse "mal comportamiento" a tener ideas propias y defender los derechos de cada uno.
Si algo caracterizó a Juana durante toda su vida fue no callarse lo que pensaba y exponer lo malo: la injusticia social, la hipocresía, la doble moral y todo eso que la sociedad acepta como normal, ya que los que la componen son los que practican lo injusto e inmoral, excepto una minoría, siempre mal vista por "los normales".
Volviendo (o siguiendo) a Juana: al salir de los internados, quedó embarazada.
Se dedicó a la prostitución y tuvo otro hijo y una hija.
A los dos hijos y a la hija los dio a familias que se los llevaron fuera de Honduras.
Trabajó como actriz secundaria en la película Anita, la cazadora de insectos. Su papel era de monja.
Murió en completa pobreza y padeciendo varias enfermedades, sobre todo, una muy grave que la llevó a la tumba.
Toda su vida la pasó andando en la calle, durmiendo en donde le agarrara sueño, tomando mucho alcohol y escribiendo versos.
Sus poemas son un perfecto reflejo de su vida. Son directos, potentes, escritos sin vueltas, con contudencia. Un conjunto de versos denunciando la injusticia social y la femineidad.
Su primer libro Versos a dos voces lo escribió en colaboración con la poeta costarricense Carmen Naranjo. Años después, unos veinte, en los comienzos del siglo 21, publicó Exacta, su obra maestra.
Entre las obras que siguieron se destacan: Mi hombre ideal, Juana la loca, De una vez por todas, Morir de risa, Llegué sobre la carne.
Nació en Honduras, en 1945 y murió en 2019.