María Eugenia Vaz Ferreira fue una poeta uruguaya.
Perteneció a una de las familias consideradas ilustres en Uruguay.
Fue educada por profesores particulares y nunca hizo estudios regulares en colegios.
Estudió piano y pintura, y tuvo un escaso interés en la literatura. Sus lecturas fueron mínimas y sus poemas fueron creados con intuición más que con conocimientos del arte literario.
Padeció de severos trastornos psíquicos que se evidenciaron en su comportamiento mundano y en su continuo vagar por las calles.
Ejerció como profesora de escuela secundaria, enseñando a su estilo, con un tono universitario y, por lo general, fuera de los programas establecidos. Se retiró, recibiendo una jubilación anticipada, debido a sus problemas psíquicos.
Sus poemas aparecieron en diarios y revistas y encuadran dentro del modernismo de principios del siglo 20. Tienen la influencia del romanticismo y el simbolismo europeo.
En los versos que escribió los temas dominantes son el amor, la soledad, la búsqueda de lo ideal en amor, la desolación, lo dramático. Todos tienen un carácter intimista, introspectivo.
Se la comparó, de forma exagerada, a escritoras como Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou.
Sus poesías fueron publicadas en libro, de forma póstuma, con los títulos La isla de los cánticos y La otra isla de los cánticos, editados con más de treinta años entre uno y otro.
El segundo es una recopilación de los publicados en el anterior, más el agregado de poemas que fueron dejados de lado por su editor y hermano el filósofo Carlos Vaz Ferreira.
Nació en Uruguay, en 1875 y murió en 1924.