Mary Shelley, que nació en Londres, el 30 de agosto de 1797 y murió el 1 de febrero de 1851, en Londres, fue una escritora inglesa.
Era hija del respetado filósofo William Godin y de la escritora Mary Wollstonecraft, una de las primeras defensoras de los derechos femeninos y autora de Vindicación de los derechos de la mujer.
Pasados pocos días de haber nacido, Mary perdió a su madre, que murió a consecuencia de complicaciones en el parto.
De niña, Mary iba casi a diario al cementerio y aprendió a leer y escribir sobre su tumba.
Siendo una adolescente conoció al escritor Percy Shelley. Él era casado. De todos modos, iniciaron una relación sentimental.
Protagonizando un escándalo, Mary, de dieciséis años, se fugó con Shelley.
Los acompañó Clare Marie Jane Clairmont, hermanastra de Mary.
Los tres fueron a Francia y se quedaron un tiempo corto en Suiza, donde se les unió Lord Byron, muy amigo de Shelly.
Byron no perdió el tiempo y tuvo un amorío con Clare, de la que se cansó a los pocos días y se la sacó de encima.
Después de un par de meses, volvieron a Londres, lo más probable es que se quedaron sin dinero.
Al llegar, se encontraron con una sorpresa: el gran defensor del amor libre, Samuel Godwin estaba muy enojado y los echó de su casa. Pregonaba la total libertad sexual de todos, excepto de su hija.
O sea: en definitiva, Godwin era uno de esos intelectuales charlatanes que propagan ideas que no aceptan en sus propias familias. Un hipócrita, que le dicen.
Harriet Westbrook, la pobre mujer de Shelley que, también ella, se había fugado a los dieciséis años con él, había quedado embarazada. Algunos biógrafos, para no presentar una imagen demasiado desmejorada de Shelley, dijeron, sin pruebas, que el hijo que esperaba era de un amante.
Harriet estaba muy enamorada de Shelley, lo había ayudado y defendido en todo lo que él emprendió. Por supuesto, se sintió humillada y ofendida. Muy dolida, se alojó en un hotel de segunda clase, en Londres, y se suicidó arrojándose al río.
Mientras tanto, Shelley y Mary, otra vez, acompañados por Clare, la hermanastra de Mary, se instalaron en Suiza y, enseguida, se les unió Byron.
En una de esas reuniones en las que conversaban largo tiempo, jugaron una apuesta: quién escribiría la mejor historia de terror.
Mary ganó la apuesta. Escribió Frankenstein.
La novela inauguró el género de la ciencia ficción y se convirtió en un clásico del horror que resistió el paso del tiempo.
Durante un tiempo, creyeron que el libro lo había escrito Percy. Era imposible que una mujer hubiera escrito un libro de terror.
Percy tuvo que dar su palabra, en una reunión con gente de la literatura, que la autora era Mary. Recién entonces, le reconocieron el mérito de ser la autora.
Mary quedó varias veces embarazada, pero solo su hijo Percy pasó la infancia.
En El último hombre, otra novela, narra la destrucción total de la especie humana por una plaga.
Lodore es una autobiografía novelada.
También, escribió algunas biografías, pero su gloria literaria la obtuvo con Frankenstein.
