William Wordsworth, que nació en Cockermouth, el 7 de abril de 1770 y murió en Grasmere, el 23 de abril de 1850, fue un poeta inglés.
Perteneciente a una familia acomodada, hizo estudios en buenos colegios. Viajó a Francia, poco después de la Revolución, y se hizo de ideas anti clericales, anti religión y anti matrimonio. Pregonaba el amor libre, tuvo relaciones con varias mujeres; a una la dejó embarazada, entonces, volvió a Inglaterra.
Junto con su amigo, el poeta Samuel Taylor Coleridge, formaron un pequeño grupo de intelectuales conocido como los lakistas (por su permanencia en el Distrito de los lagos, en Grasmere). Con Coleridge iniciaron el romanticismo en Inglaterra.
Escribió baladas muy espirituales y, de a poco, se olvidó de las ideas que pregonó y el anti matrimonio, se casó y tuvo cinco hijos con su esposa.
Se apartó de Coleridge, perdido en su adicción, se hizo conservador y escribió muy buenos poemas. El mejor, para mi gusto, es Oda a la inmortalidad.
Las poesías de Wordsworth tienen características distintas a las del resto de los poetas de su época: sus personajes con gente simple, humilde, y los hechos son propios de la vida cotidiana.
No hay duda de que es uno de los muy buenos poetas ingleses del siglo 19 y que algunos de sus poemas, como la oda que nombré, traspasaron el tiempo.
Baladas líricas y Poemas son sus libros de mayor mérito.
